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Arte celta: el estilo más creativo y geométrico
Como su propio nombre indica, el arte celta proviene de las civilizaciones célticas y se caracteriza por ser uno de los estilos más creativos de la historia del arte. Se trata de una corriente artística que engloba a diferentes civilizaciones durante un periodo de tiempo muy distendido, por lo que está influenciado tanto por el arte pagano tardío como por el arte cristiano británico.
Tiene sus orígenes en la Europa del año 1.000 antes de Cristo y en adelante, previos al Imperio Romano. La escultura y el tallado de metales son las principales obras que se conservan del arte celta, aunque también se conservan un buen número de manuscritos de esta época con diferentes ilustraciones. Además, aún se guardan piezas valiosas como broches, cruces o copas, entre otras piezas de orfebrería celta. Tal vez te interese saber un poco más sobre el arte celta y sus características.
¿Sabías que el arte celta se divide en dos estilos principales? Por un lado, el arte naturalístico, cuyas representaciones pretendían plasmar de la forma más fiel posible elementos de la naturaleza. Es importante entender que el pueblo celta estaba estrechamente ligado a la naturaleza, ya que la agricultura era su modo principal de alimentarse. Y por otro, el arte abstracto, que como puede deducirse, no pretendía hacer representaciones realistas sino simplemente lograr creaciones estéticas a partir de líneas y figuras geométricas.
Como decíamos, una de las principales características del arte celta es la abstracción y por tanto las creaciones geométricas son protagonistas. De esta forma, las ilustraciones y esculturas se basaban muchas veces en algunas líneas esenciales, de forma que las formas se reducían a esquemas geométricos.
Asimismo, la creatividad es una de las señas de identidad de esta corriente artística. Y es que los artistas de esta época creaban obras con el único objetivo de dar rienda suelta a su imaginación. Quizás te interese saber también que en sus obras es muy frecuente detectar el ‘horror vacui’, es decir, horror al vacío, ya que es difícil encontrar espacios vacíos en las representaciones. De hecho, existe una tendencia a incluir muchos adornos.
En España existen vestigios de esta cultura y muchas obras han podido conservarse con todas las garantías de seguridad gracias a las aseguradoras de arte.
Escultura celta: escasa pero impresionante
¿Sabías que según las guías turísticas más prestigiosas la mas extraña de todas las esculturas antiguas es celta? Así es, se trata de la estatua de Jano de la Isla de Boa, ubicada en Irlanda del Norte. Y si resulta especialmente llamativa es porque a pesar de haber sido esculpida hace más de un milenio, aún puede apreciarse con todo lujo de detalles el dibujo facial. Además de su tallado de doble cara sobre piedra que la hace aún más especial, Jano no tiene cuello y está con los dos brazos cruzados sobre un cinturón.
Esta escultura celta está abandonada y llegar hasta ella puede resultar un tanto tedioso. Además de atravesar un cercado privado, una vez se llegue al campo de lápidas en el que se encuentra habrá que encontrarla, puesto que es muy posible que esté cubierta por un musgo espeso. Solo entonces podrás disfrutar de esta curiosa obra.
Como mencionábamos previamente, el arte celta se caracteriza en gran parte por las formas abstractas y geométricas, por lo que no existen demasiadas esculturas de piedra. De ellas, la mayoría están en zonas de entierro. Ahora bien, sí que existe una mayor evidencia de piezas talladas en el arte de la joyería o piezas de decoración.
En España pueden contemplarse restos de arte celtíbero en forma de escultura en la zona del centro peninsular, sobre todo en lo alto de las colinas. Las construcciones amuralladas y con torres de vigilancia de esta época se conocen como castros, y junto a ellos es habitual encontrar esculturas de animales talladas en piedra.
Arte celta en pintura: descubre sus dibujos
Aunque creas que no conoces mucho la simbología y pintura celta, nos atrevemos a decir que posiblemente te equivoques. Y es que muchos de los dibujos de esta cultura están presentes hoy en día a modo de tatuaje en los cuerpos de muchos de los que nos rodean. Gracias a los manuscritos que se conservan con pintura celta, hoy podemos conocer los símbolos celtas más destacados e incluso contamos con una interpretación de muchos de ellos.
Uno de los más conocidos es, probablemente, la triqueta o triquetra. Se trata de un símbolo celta compuesto por tres arcos entrelazados que dan lugar a una forma triangular, porque consta de tres esquinas. Una de las interpretaciones con más peso acerca de este símbolo es que se utilizaba con una función ornamental, es decir, como adorno, ya que pocas veces se representa como elemento principal de una pintura.
Otro de los símbolos celtas es el trisquel, triskele, triskelion o, para entenderlo mejor, triple espiral. Este elemento se compone de tres espirales y etimológicamente significa “tres piernas”. Al parecer, representa la importancia del número 3 que evoca al pasado, presente y futuro o, lo que es lo mismo, el nacimiento, la vida y la muerte. Otra de las interpretaciones asume que hace referencia a la tierra, agua y aire. También tenía una función ornamental.
Aunque existen muchos otros símbolos, vamos a destacar un tercero y último, que es la cuz celta. Es un símbolo de carácter religioso y todo apunta a que está inspirado en la cruz cristiana. De hecho es muy similar, con el matiz de que cuenta con un anillo que rodea su intersección. Una de las teorías apunta a que este dibujo celta se introdujo durante la evangelización.
Como habrás podido comprobar, el diseño celta está muy presente en muchas representaciones actuales o adornos para decoración o joyería. Gracias al transporte de obras a lugares protegidos, hoy podemos disfrutar de este legado artístico.
Arte celta en España: descubre dónde disfrutarlo
Existen un gran poso artístico de obras de arte celta en España y esto no es casualidad. De hecho, el pueblo celta tuvo un periodo de asentamiento en la Península Ibérica. Para llegar desde el norte y centro de Europa, de donde fueron expulsados, atravesaron los Pirineos hacia el año 6.000 antes de Cristo y entraron en la península. De este modo, se asentaron primero en el Norte, principalmente en el oeste, donde actualmente están Portugal, Galicia y Asturias. Sin embargo, posteriormente su influencia se extendió hacia el centro peninsular, en la zona de la meseta. Esto ha dado lugar a una preciosa combinación de arte íbero y celta.
Si eres amante de lo artístico y quieres disfrutar del arte celtíbero, debes saber que aún existen evidencias de estas obras en nuestro país. Para disfrutar de la escultura lo mejor es visitar la meseta castellana. Allí encontrarás figuras de animales cuadrúpedos talladas en piedra. A esta serie de esculturas zoomorfas se las conoce como verracos.
Si prefieres disfrutar de piezas más pequeñas, podrás hacerlos en museos de todo el país, donde encontrarás armas, cálices y joyas, entre muchas otras. Sin ir más lejos, existen exposiciones gratuitas en Madrid en las que podrás visitar, tan solo con acercarte al Museo Arqueológico Nacional, cuya entrada es libre los sábados por la tarde y domingos por la mañana. Allí encontrarás muchos ejemplos de arte celta, como una imponente daga de hierro. Su legado también nos ha dejado un buen número de piezas de material bélico, como armaduras, escudos y arneses para las cabalgaduras.